Implantación Supermercado Lidl
La propiedad entiende que el lugar, una gran nave industrial a la que se le aneja la nave contigua, requiere una atención especial y aprovecha la ocasión para acometer el proyecto desde una perspectiva arquitectónica.
El emplazamiento en una zona industrial con frente fluvial a la Ría de Bilbao le confiere un gran carácter al lugar.
Se potencia el gran espacio interior, catedral industrial y su conexión con el exterior, física y visualmente. Se fuerza la máxima apertura de la gran sala interior dando continuidad interior-exterior.
Se formaliza con una franja que enmarca la gran abertura y recorre la intervención de manera ininterrumpida como hilo conductor.
Interiormente, el espacio se trata como una gran plaza. El aprovechamiento al máximo de la luz, las vistas y el entorno convierten el interior en una plaza urbana donde el peatón tiene el protagonismo. Se humaniza el aparcamiento, dotándolo de elementos amables.
Se pone en valor la estructura y se reinterpreta el espacio utilizando materiales del libro de estilo LIDL, fácilmente reconocibles y dotándolos de personalidad propia.
Las preexistencias industriales, puentes gruas, instalaciones, se ponen en valor, se limpian, se dignifican, y se muestran tal cómo eran.
Se rediseñan las islas para los carros, los aparcabicis, las barreras de protección y los parterres.
La iluminación recibe un tratamiento especial. Debe responder a la visibilidad del espacio desde el exterior y a la ambientación del interior. Se logra un ambiente tenue, cálido y vaporoso poniendo en valor el hecho urbano. Exteriormente la intervención se hace visible y reconocible, adquiriendo diferentes matices conforme el paso de las horas del día.
Se asegura la imagen del edificio con dignidad y autonomía formal, acorde con el valor del local.